Numerosas tribus indígenas o aborígenes ocupaban el territorio del Noroeste Argentino antes de la Conquista española.
Si bien algunos de ellos todavía existen como comunidad -como los Quilmes de los valles Calchaquíes- la mayoría de la población actual es mestiza. Durante la época de la Conquista muchos murieron en las guerras, otros por endemias y otros fueron exiliados a lejanas tierras del país.
Sin embargo, y a pesar de ello, existen numerosos vestigios de su población, que duró cerca de mil quinientos años, además de su cultura que ha quedado en muchos lugares casi intacta.
La mayoría de estas culturas compartían su organización social, su economía y su artesanía. Trabajaban la piedra y la madera, fabricando palas, azadones y cuchillos. Domesticaron la llama, que utilizaban como animal de carga y de la que también obtenían carne, leche, cueros y lana. La práctica económica entre los distintos pueblos era el trueque, en donde los bienes más preciados eran la sal y el maíz.
En cuanto a sus viviendas, aprovecharon lo que su medioambiente les ofrecía y así construyeron sus viviendas rectangulares con piedras y barro (pircas) y techo de paja, con una abertura en la parte superior como entrada, a la que se accedía por medio de escalas de madera.
Su sociedad estaba organizada en señoríos hereditarios, ocupando los guerreros y sacerdotes (de tipo chamánico) la jerarquía más alta dentro de la sociedad.
Los Apatamas
Ocupaban la región conocida como la Puna y su área de influencia abarcó desde el noroeste de la provincia de Jujuy hasta el noroeste de Catamarca. Vestían una túnica larga hasta las rodillas, que los españoles llamaron "camiseta", de colores rojo o castaño. Pobres en la producción de cerámica, los Apatamas desarrollaron una gran habilidad artesana en el trabajo de la madera y la calabaza.
Los Omaguacas
Los Omaguacas dieron su nombre a la región conocida como Quebrada de Humahuaca, en la provincia de Jujuy. Su nombre, según fuentes españolas, significaba "cabezas de tesoro" y comprendía a una gran cantidad de tribus entre las que figuraban los Purmamarca, los Tilcara, los Tumbaya, los Maimará, los Jujuy, los Puquile, los Ocloya, entre otros.
El carácter estratégico de la Quebrada de Humahuaca hizo de los Omaguacas un pueblo militarmente preparado. Para defenderse de las invasiones diseñaron recintos fortificados de piedra, a los que denominaron pucarás y desde los cuales combatían utilizando arcos, flechas, mazas de piedra y boleadoras. Tanto incas como españoles experimentaron en su momento la resistencia Omaguaca.
Los Diaguitas o Calchaquíes
Las tribus diaguitas que poblaron el noroeste argentino estaban constituidas por los Calchaquíes del norte, los Cacanes en el centro y los Capayanes en el sur, grupos que tenían, entre sus características comunes, el uso de la lengua cacán o diaguita.
Actualmente, las ruinas de una de sus ciudades ancestrales está en manos de las tribu de los Quilmes -así llamados ya que su población fue exiliada en el siglo XIX a la localidad de Quilmes en Buenos Aires- aunque su nombre originario es Diaguitas, quienes acompañan al turista en su recorrido. Estas ruinas pueden visitarse en la localidad tucumana de Amaicha del Valle. La aridez del terreno era contrarrestada con el riego artificial, construyendo para ello excelentes canales y acequias, técnica también tomada de los incaicos.
Lules y Vilelas
Los Lules fueron una tribu de cazadores-recolectores llegados en tiempos remotos desde el Amazonas brasileño a la región occidental del bosque chaqueño. Desde allí, estos belicosos nómadas tomaron contacto con pueblos sedentarios de cultura andina en la zona de Santiago del Estero y Tucumán.
Por su parte, los vilelas , vecinos de los Lules y culturalmente emparentados, se diferenciaban de éstos en que habían adquirido hábitos sedentarios, con una agricultura incipiente y cría de animales. De costumbres más pacíficas, gustaban de la música y la danza.
Santa María
Reconocida por su cerámica mundialmente, la cultura Santa María fue una civilización que se desarrolló en el noreste de la provincia de Catamarca, entre el 1200 y el 1470 de nuestra era. Su población vivió principalmente en los Valles Calchaquíes y de Yocavil. Trabajaron metales como el cobre, el oro y la plata, realizando artesanías más desarrolladas. Actualmente la cerámica decorada sigue siendo muy popular en la zona de Santa María.
Tonocotés
Habitantes del centro-sur de la provincia de Santiago del Estero, estos indígenas tenían -al igual que Lules y Vilelas un ancestral origen amazónico, pero estaban fuertemente influenciados por las culturas de origen andino del oeste. Sedentarios y agricultores, los Tonocotés se concentraron principalmente entre los ríos Dulce y Salado, limitando
Sus viviendas circulares de ramas y barro presentaban la característica de estar edificadas sobre lomadas artificiales conocidas como túmulos o mounds , agrupadas en aldeas rodeadas con empalizadas, para protegerse del ataque de los Lules y otras tribus del monte chaqueño. |